tremendamente perfeccionista

TREMENDAMENTE PERFECCIONISTA
TERAPIA GESTALT

Mi ira, mi cólera me afloran y temo no controlar. Irritación, frustración, insatisfacción, resentimiento, impaciencia, desdén, intolerancia, rencor.

Sufro por no ser como aspiro a ser, porque mi vida no es como quiero que sea.

A pesar de todos mis esfuerzos y de mi incansable trabajo, la realidad y las relaciones siguen siendo imperfectas y me dejan mucho que desear.

Aprieto los dientes para disimular mi insatisfacción y enmascarar mi ira, que me produce malestar y disgusto. Esto me hace sufrir otra vez.

Estoy convencido de que las personas educadas no tienen que airarse jamás y que su insatisfacción se manifiesta y se somatiza en la tensión de su rostro y en el tono de su voz.

Tiene que haber otra forma pero no consigo encontrarla.

Me siento como una olla a presión, mi rabia contenida y controlada, puede manifestarse bajo diversas formas. Formas que me dañan a mí y a los que tengo mas cerca.

Me irrito ante las limitaciones de los demás.

Necesito ser bueno, buscar mi superioridad profesional, estética, intelectual, de comportamiento.

Necesito ser de los mejores.

Esto empieza a pasarme factura, estoy cansado de no poder parar.

Es una crítica constante hacia mí y hacia el mundo. Una inclinación a detectar instintivamente los errores y los aspectos negativos de las personas.

Vivo preocupado por los detalles, por las normas y autoridades reales e imaginarias. A su obediencia, a la impaciencia conmigo y con los demás.

Siento que tengo que enseñar al mundo a ser correcto que tengo la obligación de que todo sea justo y que tenga sentido. “Soy responsable y culpable tan a menudo…”

Me escucho sermonear y dar reprimendas una y otra vez. No me gusta hacerlo, pero no se hacerlo de otra manera.

Y luego, me siento culpable-juzgado otra vez y la ira vuelve a mí.

Estoy rígido, me falta espontaneidad. Esta tensión me provoca dificultad, perturba mi sueño, complica mi digestión y me origina Úlceras, gastritis, etc.

Necesito disfrutar de lo bueno, sin atormentarme de lo que falta o lo que está incompleto.
Necesito parar de buscar como perfeccionarme. Necesito gustarme como soy.
Necesito poder relacionarme sin tanto juicio, ser más flexible en mis relaciones y poder disfrutar.
Necesito perdonarme errores y no seguir atormentándome por ellos.
Me encantaría reírme de mi, relativizar un poco las cosas.
Necesito consolarme con la idea de que la salvación del mundo no depende de mí. Y confiar.
Convivir con mis limitaciones e imperfecciones.

No se parar de utilizar el” debo de” o “tengo que”.

Sigo cansado.

De niño fui un niño bueno, aprendí a portarme bien, a ser responsables y a hacer lo correcto. Aprendí a controlarme con severidad.

De adulto soy trabajador, recto, independiente y en cierto sentido perfecto. Pero aún así, algo no va bien.

A veces siento miedo a dejarme llevar, a la pasión, al descontrol, a la emoción…

Lucho porque las cosas estén mejor. No lo están.

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