Recursos para ayudar a una persona durante una crisis de ansiedad
Saber cómo podemos ayudar a una persona durante una crisis de ansiedad es más valioso de los que a veces se piensa. La ayuda externa durante un ataque de ansiedad es muy importante para la persona que lo sufre. Así como, el poder prestar ayuda efectiva a una persona durante una crisis aguda de ansiedad es importante también para la persona que acompaña, pues a veces está situación suele ser complicada. Por ello, os indicamos algunas recomendaciones importantes que pueden sernos de mucha ayuda en caso de estar con una persona que sufre una crisis de ansiedad.
1/Reconocer los síntomas
Para poder ayudar a la persona, lo primero es saber reconocer los síntomas de una crisis de ansiedad , ya que a veces estos se confunden con otras patologías. Los síntomas más habituales de una crisis de ansiedad incluyen sudoración excesiva, taquicardia, palpitaciones, dificultad para respirar, mareos, náuseas y una sensación de miedo o pánico intenso. Estos síntomas pueden durar desde unos pocos minutos hasta varias horas.
2/Ayudar a mantener la calma
Después de reconocerse los síntomas, lo más importante es intentar que la persona mantenga la calma. En función de la duración de los síntomas, la persona puede asustarse más o menos, pasando este miedo a convertirse en un nuevo estímulo que reactiva y mantiene la ansiedad. Por ello, mantenerse en calma es lo más importante cuando se atraviesa un ataque de ansiedad.
El primer método para poder calmar a la persona es alentarla a respirar profundamente y de forma lenta, intentando llenar el abdomen en lugar de la parte superior del pecho. Esto ayuda a reducir los síntomas físicos de ansiedad y calma el cuerpo. La práctica de la meditación de manera habitual, puede ayudar mucho a que cuando la crisis de ansiedad aparezca se tengan ya adquiridos ciertos hábitos.
Otras técnicas de relajación para calmar a la persona que podemos utilizar son los ejercicios de relajación muscular progresiva, en la que se tensan y relajan los músculos del cuerpo de manera gradual. Y la relajación a través de la visualización positiva, en la que se pide a la persona que imagine un lugar o situación agradable y que trate de concentrarse en los detalles de ese lugar o situación.
3/ Hablar con la persona reduce la ansiedad
Otro método que puede ser útil en algunas ocasiones es hablar con la persona intentando desviar su atención de la ansiedad y sus síntomas. Aunque esta estrategia hay que utilizarla con cuidado, a veces puede resultar más angustioso desviarse de la ansiedad si la persona ya está muy angustiada y generarse cierta molestia o malestar, al parecer que se puede estar ignorando lo que está sucediendo. Por ello, esta estrategia debe utilizarse sólo si la persona que está sufriendo la crisis la propone como opción.
4/ Acompañar a la persona a pedir ayuda a un profesional
Por último, es muy importante no olvidar que en caso de que en caso de que la crisis de ansiedad perdure en el tiempo y la persona lo esté pasando muy mal, es importante no dudar en acudir a un servicio médico que pueda valorar la situación. Este paso siempre se deberá hacer con el máximo cariño para evitar que la persona se sienta culpable por “ ser una molestia “. Nunca debemos olvidar cuándo acompañamos a una persona que sufre una crisis de ansiedad que es una patología que no es culpa suya y que no hay nada malo en necesitar ayuda para manejarla.
En resumen, si alguien sufre una crisis de ansiedad, es importante recordar que hay estrategias efectivas para ayudar en ese momento, como la respiración profunda, la relajación muscular progresiva y la visualización positiva. También es importante recordar que la ansiedad no es culpa de la persona que la padece y que la terapia psicológica puede ser una herramienta valiosa para manejarla.
Autora: Susana Gacituaga Espinosa
