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La Terapia Gestalt, encontrarse un@ mism@. Libro de terapia 10: El rescate de la niña del pozo

Contenido

Los artículos incluidos en nuestro ”Libro de Terapia” son narraciones reales de personas que han estado en terapia con nosotros y que han dado el visto bueno de transcribir a grandes rasgos en que ha consistido su proceso terapéutico. Os damos las gracias a tod@s los que compartís vuestra vivencia y haceís más claro «eso que pasa cuando vas al Psicólogo»

Libro de terapia: encontrase a uno mismo en terapia gestalt

 

Tal vez , lo más significativo de la utilización del psicodrama o los trabajos con técnicas de teatralización sea el segundo plano que toma el lenguaje y la razón, en favor de la emoción y la expesión del cuerpo.

En Terapia Gestalt la utilización de estas técnicas es habitual, y se hace en sesiones en las que se propone una fantasía dirigida y en las que se trabaja sueños mayoritariamente. Aunque estas escenas muchas veces tienen diferentes orígenes. A veces son momentos pasados que dejaron herida. Escenas temidas y/o deseadas que envuelven mecanismos locos y rígidos que no nos dejan avanzar por miedo o por inseguridad. Sueños que se repiten o que se quedan gravados por algún motivo que les hace ser especiales. Incluso a veces imágenes internas que surgen en sesión y que nos conectan directamente con algo que sentimos muy vivo. Sensaciones como la que inicio el trabajo que aparece narrado al final de este artículo.

Las fantasías dirigidas se basa en que el paciente, bajo el apoyo del terapeuta, recree una fantasía onírica o una escena pasada o futura  en la que existe ciertas resistencias y bloqueos. «Al traer» la escena o fantasía al presente y poder trabajar sobre ella en el aquí y ahora, se facilita una toma de conciencia a nivel corporal y emocional, rompiendo en parte las estructuras racionales y rígidas que están manteniendo el bloqueo.

El trabajo con personajes internos

Cada uno de nosotros escondemos una serie de personajes, partes de nosotros mismos. Nuestro propios personajes, muchas veces desconocidos para nosotros, se repiten en busca de un espacio para expresar su vivencia, su escena. Se fueron creando para ir adaptándonos a la vida que poco a poco se va tornando difícil en el transito de niños a adultos. Personajes protectores y adaptados a las circunstancias que han ido apareciendo hasta hacernos adultos, personajes que después se quedaron todos juntos, casi apelmazados unos con otros, y ya no saben muy bien de que acto les toca ser protagonistas.

Aparecen en escena sin aviso, dentro de nuestra mente, de nuestro cuerpo y en la relación con otras personas o situaciones. Se aturullan tanto que nos aturden, y dejamos de ser conscientes de quién de ellos toma el control. Peleas internas y externas interminables, vivencias repetidas una y otra vez sin que seamos conscientes de ello, hasta que el circulo se cierra otra vez de la misma manera.

En el trabajo con las escenas y las fantasías lo que se propone es una identificación de estos personajes, la identificación con cada uno de ellos y sus vivencias,  y la posterior relación entre ellos. Es decir, hacer real aquello que permanece oculto.

La terapia gestalt da mucho valor a » la acción» en la psicoterapia, el espíritu del crecimiento a través del juego simbólico, la espontaneidad, la creatividad, la acción, la comunicación no verbal. Vivencias indispensables que traídas a la sesión y convertidas en presente son un vehículo privilegiado hacia la conciencia y la apertura a la salud emocional.

 

La actitud del terapeuta gestalt es muy importante en este tipo de trabajo.

Es importante el respeto al proceso. Cualquier indicio de objetivo o de meta en trabajos con sueños o escenas es inadecuado para lograr la integración. Son momentos de absoluto respeto, de observación, momentos en los que todo puede pasar, es como estar presente y dispuesto a acompañar en aquello que pase. El control queda fuera, sólo hay presente y espontaneidad.

El juicio, que no es nunca un buen compañero, queda más fuera de lugar aún que otros días en sesión. Personajes “ malos socialmente”, “ mal vistos “ o “muy heridos por el pasado” en algún momento rondan en la sala ,y sólo si se sienten libres serán capaces de aparecer.

Sin la espontaneidad y el respeto al momento del paciente y su trayectoria en la búsqueda de su salud emocional este tipo de trabajo no podría realizarse, o al menos tener un efecto reparador,

LIBRO DE TERAPIA 10 : El rescate de mi niña

Yo iba a terapia todos los martes, pero esa semana fui dos veces por única vez. Ese mismo viernes 4 de diciembre de 2015, por la mañana, fui a trabajar y tuve que esconderme para que no me vieran llorar.

Justamente estábamos ensayando el Réquiem de Fauré, una misa de difuntos. Mientras cantaba miraba hacia arriba para sujetar las lágrimas. Nunca había llegado a romperme de esa manera en el trabajo. A mediodía llamé a Susana y le pedí por favor que me viera urgente, que me encontraba muy mal. Ella me dijo que pasara a las 5 de la tarde por la consulta. A día de hoy se lo sigo agradeciendo. Recuerdo que tenía dos horas de tiempo libre desde que salí del ensayo. No tenía ganas de comer, estaba bajando de peso. Mientras caminaba por la glorieta de Quevedo, lloraba…era una pena muy grande.

Entré a la consulta y le conté a Susana lo triste que estaba. Ella me propuso concentrarme en mi niña interior. Cerrar los ojos durante unos minutos, conectando con mi niña. Me arrodillé en el suelo, lloraba igual que una niña pequeña. Pude llorar con todas mis fuerzas. Sentía los brazos muy pesados, tenía la cabeza hundida entre mis hombros. Yo niña: Me encontraba en un lugar muy oscuro, frío, como un pozo negro. Estaba sucia y olía mal, vestía con harapos como una mendiga…. No puedo salir de aquí, no soy capaz de levantar la cabeza….me pesa demasiado- le dije a Susana. Susana se acercó, me tendió los brazos. Me sujetó y poco a poco salí de allí.

Yo mujer: ¡Te odio! – le grité y le pegué una patada al puff de mimbre que representaba a mi niña. Casi inmediatamente después le pedí perdón. La abracé y le prometí que le iba a comprar pasteles.

Se puso muy contenta.

No se muy bien como, sentí que yo era capaz de salir del pozo por mi misma, y que mi niña estaba desnutrida de amor. Hasta ese momento no era consciente de cuánto estaba pasando de ella, ni del enfado tan grande que llevaba dentro.

He vivido sesiones de terapia reveladoras, hubo un antes y después en mi vida, después de estas sesiones. Sentí un ‘clic’ que va más allá de la comprensión meramente intelectual. Yo lo llamaría ‘darme cuenta’. Y esto lo vivencié gracias a ejercicios similares a éste, como por ejemplo el diálogo entre Emoción y Mente, también silla vacía. Pero cabe agregar que mi terapeuta también quiso ayudarme. Esto es fundamental. Sin ella no hubiera podido. Una persona sensible y humana que me ayudo a ver y rescatar a mi niña desde el fondo del pozo

Muchas Gracias Corina por compartir tu experiencias. Un abrazo para ti y para tu niña.

 

La Terapia Gestalt, más que una teoría de la psique, es un proceso creativo-terapéutico , una manera de vivir que busca y se apoya en la conciencia, la propia responsabilidad sobre la vida y la confianza en la sabiduría de cada uno de nosotros para buscar su auto-regulación y la satisfacción de necesidades reales, diferenciando estas de las necesidades guiadas por el ego o la neurosis que nos atrapan en circulos de repetición y situaciones vitales que nos dañan.

Susana Gacituaga

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