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Ir al psicólogo para encontrar la felicidad.

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Ir al Psicólogo en busca de la felicidad

La búsqueda de la felicidad  incita a muchas personas a ir al psicólogo.  

Muchas veces, la sensación de que deberíamos ser felices y que estamos “tarados» por no serlo es algo que cada vez se repite más en nuestro mundo, la felicidad y el deber no son buenos aliados. 

Frases como estas se repiten cada día en las consultas de psicología: » No soy feliz, no se cuál es el problema pero siento que no soy feliz. Creo que no se lo que es eso de la felicidad… No me siento bien con mi vida «

«Debería estar feliz, todo me va bien pero no lo soy. No se apreciar lo bueno, no consigo ser feliz a pesar de que todo está bien»

¿ Qué entendemos por felicidad?

Desde hace mucho tiempo, mucho, el hombre habla de la felicidad. Y según dónde busques, así encuentras. Pareciera que hay una receta para cada uno de nosotros. Puedes ir buscando hasta dar con la definición que te identifica, con la que te activa un poco más para seguir y continuar la búsqueda. Filósofos, escritores, lideres y sabios anónimos hablan sobre lo que para ellos es e implica el estado de felicidad.

No me atrevo a poner una de estas definiciones por encima de otras, entiendo y agradezco la diversidad de vivencias y aportaciones que hay sobre esta «palabra». Palabra santa, venerada por la esperanza de encontrar la paz y el amor a lo largo del recorrido vital que nos es propio e intransferible. Felicidad, vida y supervivencia que están tan pegadas que no se pueden separar.

Y es que hay muchos datos, algunos más curiosos que otros: mediciones sobre porcentajes heredados y adquiridos de felicidad, impacto del clima en la felicidad percibida, estudios de los diferentes olores y la felicidad, influencia de la percepción propia sobre si eres o no buena persona y el cómo esto afecta a la valoración de la felicidad sentida, nivel económico, habitat… Un montón de datos que desplegados abruman , como poco, al buscador que intenta encontrar una guía sobre que hacer para ser feliz.

La búsqueda de la felicidad en psicoterapia ¿Dentro o fuera de uno?

Por mi formación, trabajo y forma de entender la vida siempre apoyaré que la felicidad se encuentra dentro de uno y de una. En lo que llamamos “el interior”.

La definición actual de felicidad y la mayoría de definiciones o referencias de personas relevantes hablan de la felicidad como un estado, propio y definible desde el mundo interior. Hay pocos datos concisos de que lo externo afecte directamente a la vivencia de la felicidad.

La RAE define la felicidad como:Estado de grata satisfacción espiritual y física / Persona, situación, objeto o conjunto de ellos que contribuyen a hacer feliz / Ausencia de inconvenientes o tropiezos.

Y en esta definición como en prácticamente todas las definiciones sobre el termino existen nuevas palabras que vuelven a cerrar el circulo de lo abstracto, de lo individual. «La satisfacción», «las cosas que hacen feliz» y «los inconvenientes» son todos términos únicamente definibles desde la posición individual y propia de cada un@.

Palabras como calma, plenitud, descanso, ausencia de sufrimiento físico y mental, indican que lo de fuera no es la pista.

Casi cualquier elemento externo es fácilmente anulable como requisito de felicidad. Y pensaréis..¡Pero ayuda!. Puede que si y puede que no, lo de fuera está bastante confuso, demasiadas variables.

Hay gente plena y feliz sin trabajo, sin familia, sin sexo, sin propiedades… Siempre aparece alguien que es la excepción que rompe la idea de que si tienes no sé que cosa serás feliz, o la de que para ser feliz necesitas tener… Hay un vídeo de animación de Steve Cutts sobre el concepto de «Carrera de ratas» de Robert Kiyosaki que refleja muy bien la busqueda de la felicidad en lo externo. Un video sobre Ratas, felicidad y carteles fluorescentes.

«Lo de dentro» es más claro. Cuando entramos en ciertos estados vitales nuestro cerebro alimenta a nuestro cuerpo con hormonas para darnos y activar que vivamos más tiempo, que nos sintamos mejor. El cuerpo refuerza aquello que sienta bien.

No siempre funciona ponerte delante de un paisaje bonito o escuchar una canción para que tu cerebro te alimente con Serotonina. Es necesario que dentro de ti te sientas pleno o que sientas amor para que todo esto se active. No es la canción, es lo que sientas tu con ella.

Y vuelves a aparecer Tu de nuevo en tu definición absolutamente particular.

La felicidad interior

La felicidad interior es una mezcla de emociones, sensaciones y vivencias que acompañan la consciencia del presente.

Palabras como plenitud, calma, quietud, ausencia de displacer físico, presente…, dibujan en su suma este estar feliz.

Sin embargo cuando introducimos términos más amplios para facilitar su búsqueda, como satisfacción o necesidades, la vivencia se vuelve más difícil de definir ya que pasamos de definir una manera de estar o sentir a hablar de los medios que nos llevan a ella. Pasamos de definir la esencia a definir el «método» y de nuevo nos perdemos.

Hablar de satisfacer necesidades es muy complejo. Qué necesidades son las que dan la felicidad ¿Las básicas o las propuestas por el marco social del momento?, ¿las mínimas o las máximas?, ¿las propias o las ajenas?, ¿las necesidades sanas o las neuróticas?

La felicidad y las necesidades neuróticas

Sería un desliz no hacer referencia a las necesidades neuróticas y la felicidad en una página de psicología.

Muchas veces están más presentes en la búsqueda de la felicidad las necesidades neuróticas que las necesidades reales. Con necesidades neuróticas me refiero a las que calman el ego. A las que el ego recurre una y otra vez anhelante buscando cubrir aquello que inconscientemente necesitó y que actualmente puede estar anticuado como prioridad. Esas necesidades del ego que hablan de obtener imposibles que se forjaron desde el dolor que la vida se encargo de hacernos llegar. Necesidades caducadas que se mantienen anhelantes y brillantes como medallas de salvación que nunca llegarán.

Necesito tener una familia unida

Necesito un trabajo que sea relevante

Necesito dinero, comodidad económica

Necesito una pareja que me adore

Necesito unos hijos que sean buenos

Necesito una casa, un coche, un titulo en la pared que diga lo importante que soy

Necesito dejar huella en la vida

Necesito tener muchos amigos

Necesito que mi vida sea como deseo

Necesito ser sincero, buena gente, hacer feliz a otros

Necesito….. para ser feliz.

Y si lo consigues vuelve la moneda, pero al revés…

¡Debería ser feliz!, Tengo una familia unida

¡Debería ser feliz! Tengo un trabajo que es relevante

¡Debería ser feliz! Tengo dinero, comodidad económica

¡Debería ser feliz! Tengo una pareja que me adora

¡Debería ser feliz! Tengo unos hijos que son buenos

¡Debería ser feliz! Tengo casa, un coche, un titulo en la pared que dice lo importante que soy

¡Debería ser feliz! He dejado huella en la vida

¡Debería ser feliz! Tengo muchos amigos

¡Debería ser feliz! Tengo la vida que siempre deseé.

…¡Debería ser feliz! PORQUE TENGO…

Estaba errada entonces. Tal vez necesité mal,  confundí la necesidad, vamos a por otra…

Y mientras la moneda voltea una y otra vez, distrayendo la energía y la motivación, quedarán desatendidas algunas otras cosas…

Respirar, Dormir, Descansar, Escuchar, Sentir, Ver, Amar, Comer, Tocar, Crear, entregarte, recibir…

La locura es «fácil» de reconocer. Es circular, no acaba, se repite. ¿Recordáis la escena de «Alguien voló sobre el nido del cuco»? ?El momento en que se encoje el corazón cuando el protagonista comienza a acompañar el ritmo circular que realizan sus compañeros por aquel estremecedor lugar?. Pues es así, algo parecido.

Y en este movimiento circular de necesidades neuróticas no es donde se haya la felicidad. No es el camino.

Creo que por ello casi todas las definiciones de felicidad tienen mucho de conciencia de uno mismo,  de salida de la neurosis, de encuentro, de reencuentro con la esencia, con lo más básico, con las verdaderas necesidades. Un camino genuino en el que lo que se necesita es poco y claro.

Normalmente las personas que hablan de felicidad, más allá del placer puntual o la alegría asociada a algún estado o momento, hablan de mirar más allá, de un camino, un recorrido hacía uno mismo que no garantiza alegría ni placer en su trayecto pero que termina en la verdadera felicidad de encontrarse con uno mismo y poder mirarse con la paz y disfrute que el momento merece. Y de amor. Amor dado y recibido, a un@ mism@ y a otr@s, de un@ y de otr@s. Amor genuino solo capaz de sentirse cuando lo que sobra queda un poco apartado del abrazo.

 

«Nuestras convicciones más arraigadas, más indubitables, son las más sospechosas. Ellas constituyen nuestro límite, nuestros confines, nuestra prisión». Ortega y Gasset

«Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace». Sartre

«Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas» Pablo Neruda

«Existen dos maneras de ser feliz en esta vida, una es hacerse el idiota y la otra serlo». Freud

«La felicidad no es tener mucho. La felicidad es dar mucho»Buda

«No puedes lograr la felicidad. La felicidad sucede y es una etapa transitoria» Perls

Susana Gacituaga

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