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Qué no hacer con deseo sexual bajo

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En cualquier búsqueda en Google podrás encontrar miles de artículos con los 10 mejores consejos para aumentar tu deseo sexual. Todo el mundo quiere ofrecer trucos rápidos y eficaces que no requieran mucho esfuerzo y arrojen grandes resultados. Y aunque a veces estos consejos para situaciones como el bajo deseo sexual funcionan, las pastillas de la felicidad, las claves para el éxito, no sirven para todos los casos. Normalmente, en una situación en que el deseo sexual se ve afectado el reto más importante es enfrentarnos a nosotros mismos, al problema que nos genera malestar, a sus causas y raíces. Puede que el miedo nos mantenga paralizados por algún tiempo, pero si queremos avanzar, no queda otra opción que movernos. Y esto no se consigue con libros de autoayuda o coach motivacionales, al menos si buscamos un cambio profundo.

CAUSAS DEL BAJO DESEO SEXUAL

En primer lugar, debes saber que las causas del bajo deseo sexual son multifactoriales. Es decir, diversos elementos (orgánicos, psicológicos, sociales… ¡y hasta políticos!) se entrelazan para dar lugar a esta dificultad. Por ello, si te decides a pedir ayuda profesional, es importante que te dirijas a profesionales especializados en sexología, terapia sexual o salud sexual.
Por un lado, los estereotipos sexuales pueden generar mucha presión sobre nuestro rendimiento sexual. También generan expectativas rígidas sobre lo que nuestra/o compañera/o sexual debe hacer, sentir o pensar acerca de la sexualidad. Sexólogos como Kaplan o Masters&Johnson subrayaron la influencia de los roles sociales sobre los problemas sexuales allá en los 60-70. Así que no debes subestimar su poder.
En la misma línea, existen una serie de mitos sobre la sexualidad [Artículo 3] que se transmiten de generación en generación espontáneamente.
Por otra parte, nuestra forma de relacionarnos con nuestros seres queridos puede ser determinante en la aparición de estas dificultades. ¿Por qué? Pues porque la seguridad y vulnerabilidad que sentimos afecta a las ganas de abrirnos a dar y/o recibir amor. En definitiva, el sexo no es más que una forma de afecto, de exposición al otro, de intimidad. Por ello, es importante explorar los traumas de infancia o las experiencias vitales en las relaciones humanas.
En este sentido, los problemas de pareja pueden ser un foco importante en el desarrollo de un bajo deseo sexual. Por ejemplo, la falta de comunicación o asumir que la pareja siempre tiene razón perjudica la autoestima individual. Las discusiones, los celos, la necesidad de imponer el criterio propio frente al otro… Son formas de relacionarse que, a la larga, afectan el vínculo afectivo y, por extensión, también la intimidad.
Por último, aunque podríamos extender nuestra lista hasta el infinito, no debemos descartar los factores orgánicos. Aunque no sea nuestra función como profesionales de la psicología, es importante conocer las condiciones médicas de la persona. Esto nos puede dar pistas sobre su estado de salud y posibles factores influyentes, como niveles hormonales o nutricionales. Sin ninguna duda, el trabajo interdisciplinar es imprescindible.

INTENTOS DE SOLUCIÓN

Ante los problemas psicológicos que nos van surgiendo, solemos desarrollar estrategias que nos ayuden a lidiar con el malestar. Por ejemplo, si mi pareja tiene un alto deseo sexual y yo no, intento adaptarme a sus necesidades. Si me siento insegura ante esta situación, compensaré mi miedo exponiéndome sexualmente, bajo mi propia presión. A veces, este tipo de estrategias funciona por un breve periodo de tiempo. Pero suelen ser soluciones momentáneas, que no perduran y mantienen el malestar a medio y largo plazo.
Otras veces, nos relacionamos de formas poco compasivas con nosotras mismas. Nuestro diálogo interior se llena de críticas y juicios. Buscamos algo dentro de nosotros que esté mal, que sea la causa y explicación de lo que nos pasa. Nos esforzamos por no sentirnos como nos sentimos. Nos obligamos a desear lo que nuestro cuerpo no puede sostener en el presente por distintos motivos.

NUESTRO ENFOQUE

Desde Escúchate Psicólogos Madrid tomamos una posición diferente a la que puedas encontrar en redes sociales. No somos gurús de las soluciones encorsetadas o de las frases motivadoras de postal. Con nosotros eres tú quien busca y decide qué camino se adapta mejor a tu situación. Estamos aquí para acompañarte a reconocer qué es lo que está sucediendo en tu vida. Para observar sin juicio tu experiencia y para darte la mano en el camino que estés preparado para recorrer.
Por todo ello, huimos de las fórmulas magistrales. Porque todas las personas somos diferentes como resultado de una combinación única de factores y experiencias vitales. No existe ninguna publicación que te ayude a mejorar tu deseo sexual porque no todas buscamos ni necesitamos lo mismo. Nuestras historias son diferentes, nuestras emociones también. No existe una verdad absoluta para todas las personas.
De igual modo, el humor es un elemento que no puede faltar en las relaciones afectivas. Así que aquí te dejamos 10 consejos que puedes seguir si quieres continuar teniendo bajo deseo. Te aseguramos que si los sigues al pie de la letra, ¡conseguirás una libido cada vez más baja!
Obviamente, evitar estas prácticas podrá ayudarte en tu camino. Pero el mejor consejo que podemos ofrecerte es que busques ayuda profesional. Alguien con quien puedas encontrar las claves que mejor se adapten a tu caso.
¡Sin más dilación!

10 CONSEJOS PARA DISMINUIR TU DESEO SEXUAL

1. Concibe la falta/disminución de deseo sexual como un problema grave e individual que solo te sucede a ti.
2. No aceptes que esto te está pasando, siéntete culpable y céntrate en aumentar tu deseo sexual por encima de todo.
3. No compartas tu vergonzosa vivencia sexual con nadie, evita que se normalice.
4. Compara tu vida sexual con la de las demás personas. Sobre todo si se encuentran en un momento de alta actividad sexual y siéntete profundamente desgraciada/o.
5. Busca información de forma obsesiva sobre cómo aumentar tu deseo sexual hasta que sientas ansiedad [Artículo 5].
6. Responsabilízate de la satisfacción sexual de tu/s pareja/s por encima de todo, sin importar tus necesidades emociones.
7. No pongas límites a los deseos sexuales de tu/s pareja/s ni les expliques tu situación sexual actual.
8. Fuérzate a mantener relaciones sexuales aunque no te apetezca. Fuerza fantasías, déjate tocar y tócate sensualmente para conseguir tener deseo sexual (¡seguro que lo consigues!).
9. No aceptes ayuda, ni cercana ni profesional, y lidia con tus emociones en soledad.
10. Vuelve al punto 1 y repite todos los pasos concienzudamente.

Eva Rubio
Psicóloga Escúchate Psicólogos Madrid

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