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Reflexiones sobre la vida en pareja. Terapia de pareja y vida en madrid (parte1)

Contenido

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Algunas reflexiones en torno a la pareja y la terapia de pareja. Reflexiones y comentarios sobre qué es la pareja y cómo funciona. Los parrafos en cursiva corresponden a parrafos sacados de una entrevista a Joan Garriga, psicologo especializado en Terapia Gestalt, PNL y Trabajo sistémico de Constelaciones. Escritor de uno de los últimos libros sobre la pareja desde un enfoque terapeútico » El buen amor en pareja»

La vida en pareja no es sencilla.

«No hay modelos ideales para ser feliz en la pareja, solo hay libertad para inventar uno propio».( Joan Garriga)

La pareja es el lugar donde se vive «El amor». Palabra siempre dificil de definir, es tan ambigua y se refiere casi las mismas veces a la plenitud de su esplendor como al dolor de su ausencia. Palabra que cuando la escuchamos puede asustarnos, estremecernos y esperanzarnos al mismo tiempo… «El buen amor en pareja se reconoce porque en él somos exactamente como somos, dejando al otro ser como es».

La pareja y la sexualidad. La sexualidad es el motor de la vida en pareja. Muchas veces decimos que la diferencia entre ser amigos/compañeros de piso, o ser pareja, es el sexo. Esta evidencia sigue todavia siendo a veces molesta, ya que pareciera que sin sexo la pareja no puede funcionar y así elevamos demasiado alto la actividad sexual, que aún en nuestra socieda no es tan Importante como para tener el valor de decidir si dos personas son realmente pareja o no.

«…Con amor se puede ser amigos, con amor se puede ser padres de hijos, con amor se puede ser compañeros de trabajo, con amor, claro, se puede ser pareja… pero sin sexualidad, sin deseo hay que llamarle a la relación de otra manera: ser compañeros, estar hermanados… Hay parejas que eligen un camino en común sin sexualidad, pero entonces no son pareja, simplemente, porque la pareja pierde todo su sentido… Claro, pero esta reflexión parte desde lo profundo porque en la vida cotidiana hay todo tipo de relaciones, personas que se casan, que viven juntas, que se llaman parejas… y que está por ver qué vida sexual tienen. Pero si hablamos de pareja desde un punto de vista esencial, no creo que se pueda concebir como tal si no existe el vínculo sexual…» Joan Garriga

Muchos de los conflictos que surgen en la vida en pareja tienen que ver con una dificultad en relación a la sexualidad o al deseo sexual. Tanto por la falta de deseo sexual en la pareja, como por miedo a que este deseo sexual se juege fuera de la pareja, es un hecho que lo referido al sexo es el inicio de muchas de las crisis en pareja. Celos, infidelidad, dificultades sexuales, posesividad, miedo a que el otro se desarrolle personalmente, juegos de poder y retoirada del sexo como muestra de enfado, falta de atracción sexual, maternidad y paternidad y su consecuente cambio en las posibilidades y apetencias de la actividad sexual…

Pero aún así , a muchas personas les cuesta decir que tienen un problema de origen sexual o de deseo. Parece que no fuera importante, que pudieras parecer vicioso si ese es el planteamiento de la crisis que estáis atravesando. Si hay amor y os queréis y os llevaís bien,¿ como vas a decir que tu relación de pareja se cae porque el sexo está dejando de ser un punto de encuentro entre vosotros?

«Yo creo que si no hay deseo no hay pareja. Si durante un tiempo muy largo no aparece el deseo, no existe la sexualidad, yo diría que no hay pareja»

Las parejas y los cuentos de hadas. ¿Es posible establecerse como la media naranja, encontrar el principe azúl que te rescape de la torre, o conseguir vivir con la libertad que necesitas sin que tu compañera de viaje se altere y entre en colera por tus escapadas?

Lo cierto es que no conozco a nadie que lo haya conseguido más allá del tiempo razonable de lo que sería la fase del enamoramiento. Bien utilizada, la pareja puede ser un buen aliado en aquello que a nosotros nos puede resultar más dificil, siempre se ha dicho: «los polos opuestos se atraen», » tu me complementas…» , etc. Pero esto de completarse no siempre sale bien. Como decía, las virtudes escasas en uno y sobresalientes en otro sólo son bienvenidas cuando nos sirven para completarnos a nosotros mismos, es decir aprender del otro. Aprender a hacer o a tener actitudes que no solemos manejar. Pero otras veces la única enseñanza que el polo opuesto puede darnos es aprender a tolerar lo que no podemos sostenes nosotros. Es decir, aprender a convivir con aquello que no soportamos porque va encontra de lo que queremos ser. En resumen, aprender a respetar y seguir en nuestro sitio a pesar de que nuestra pareja no sea o haga lo que nos gustaría que fuese/hiciese. No se trata tanto de formar un circulo perfecto entre los dos, sino dos formas que pueden unirse o separarse según su antojo.

A veces principeTerapia de pareja Madrid, a veces demonio…, A veces dulce, a veces amarga y fria… A veces me acerco…, a veces me alejo, según me gustes más o menos. Pero ten seguro que en mi distancia , no está la falta de amor. Hoy sigo queriendo estar contigo a pesar de no estar de acuerdo, incluso a pesar de que necesito alejarme de ti por un rato…

«En general la pareja no da la felicidad, especialmente cuando se la espera en demasía y, de hecho, cuando uno toma una pareja y se postula como compañero, marido, esposa, etc… no sólo se hace candidato a un cierto tipo de felicidad sino que también se hace candidato al sufrimiento y el dolor, se arriesga a crear una serie de proyectos y vínculos que en algún momento se van a perder. Porque en la vida todo se pierde y el gran aprendizaje es despedirnos con alegría de lo que la vida nos quita como decía San Agustín. Aprender a perder y a soltar es un aprendizaje doloroso para todos. Los vínculos alegran y duelen y ambas cosas pueden tener lugar…» Joan Garriga

La crisis de pareja.

«Hay muchos tipos de crisis. Las crisis principales que se viven en una pareja son crisis de evolución… Por ejemplo, al principio, cuando una pareja se constituye, las crisis más frecuentes tienen que ver con que cada uno viene de una familia distinta. Cada familia tiene sus propias reglas, sus propios códigos, sus propios amores, sus propias dinámicas»

Más de un montón de veces en terapia de pareja se trabaja con los suegros y suegras. Ocupar el papel de pareja del otro es entrar en una familia extraña, con maneras diferentes e inamovibles de hacer las cosas. Y el que entra, es siempre un extraño. Es curioso que siempre es más sencillo ver la locura familiar del conyuje que la propia. ¡Desde fuera todo está tan claro! Pero el otro está dentro, más aún, forma parte de una familia al margen de la pareja. Muchas de las dificultades se dán también por la prioridad que se le dá a la familia de origen sobre la propia pareja. Cada uno se irá despegando un poco de su familia de origen para poder crear una nueva familia propia, pero este despejarse es diferente en tiempo y forma, y muchas veces genera tensiones y peleas acaloradas de luchas de poder. Mientras uno de los dos sea más hija que mujer o más hijo que marido, la pareja estará falta de referencias. El paso de hij@ a pareja es una camino individual que cada uno debe hacer.

Los conflictos en la pareja, diferencias

«…Lo que parece claro es que la solución a la mayoría de estos conflictos es buscar formas de equilibrio en el intercambio, de respeto a los hechos cuando han sido dolorosos, respetar y comprender la manera de vivirlo de nuestra pareja y si es posible encarar lo doloroso juntos. Pero hay hechos en la vida que son tan tremendos que es muy complicado que una pareja los pueda vivir unida y crecer con ellos. Por ejemplo, la enfermedad grave o minusvalía de un hijo, la mayoría de las veces separa en lo profundo a una pareja… Y esto ocurre porque no se ven capaces de vivirlo juntos cada uno a su manera, de respetarse y apoyarse y seguir siendo pareja sin que el hijo tome la hegemonía absoluta, y cada uno decide vivir el dolor a su propia manera, a veces incluso escorándose hacia una soledad resignada…Seguramente muchas parejas ya llegan a estas situaciones con los sentimientos heridos, y muchas veces estos sentimientos se convierten en posiciones desde las que uno se enfrenta al otro, posiciones de lucha que no nos permiten encarar el dolor. Lo más interesante es mirar a la cara a estos sentimientos- mejor con ayuda- observando los hechos que nos han llevado a las heridas que nos hemos inflingido. Yo pienso que cuando cierto diálogo no es posible, cuando ya no podemos mirar al otro es mejor irse…o pedir ayuda» 

Esperamos que este articulo te haya interesado.Te dejamos el enlace a una entrevista que nos parece interesante.

 

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